Vendí mi piso para comprar dos: uno para mí y otro para mi hijo y su familia. El comprador entregó el dinero del mío, pero, cuando era el momento de hacer el segundo pago, aplazó la entrega y estábamos a punto de perder el anticipo que habíamos entregado para el piso de mi hijo.
Nos sentíamos desesperados, así que durante la noche decidí empezar una novena a san Josemaría, rezando cada hora durante nueve horas.
Con la gracia de Dios todo se resolvió en ese mismo día. Gracias, san Josemaría, por su intercesión.
M.G.L., Brasil